jueves, 31 de enero de 2008

la primavera

esta gente es muy pesimista. dicen que hará más y más frío en febrero, que la ciudad se oscurecerá y que incontenibles vendavales correrán por madrid. buuuaaaa! que no. yo digo que la primavera está aquí y que todo está en la cabeza. yo veo un cielo azul y un sol espléndido detrás del centro dramático nacional. sí, a través de esta ventana que estoy a punto de abandonar. me voy de lavapiés.
a una buhardilla re linda en sol. un cuarto piso en la calle postas. que bonito es lo bonito. después de visitar más de diez pisos, de que los cabrones no me rentaran la habitación y de que algunos pretendieran invitarme unas cañas. de ver pisos adornados con arañas de peluche con collares metálicos con picos, de llegar con unas copas encima a una de las citas en la cual fui más elocuente que nunca. de sonreir y ser extra simpática. se acabó. abandono a urinario-man y a los locos del barrio. me voy me voy me voy.
hoy he tenido también una cita en la comisaría. ya no soy indocumentada (lo fui una semanita, se me había vencido el visado) tengo un lindo papel que me legitima como residente y un libro de norman mailer recién comenzado. no puedo salir del país todavía, pero bueno, no se puede todo en la vida y ni ganas tengo con esta primavera tan linda que hay en madrid. y si digo que llegó la primavera es porque llegó, basta con asomarse al balcón y sonreir un poco. intentadlo.

eBooks

es el último día del primer mes del año
ayer tuve por primera vez en las manos un libro electrónico
es un objeto a mí gusto detestable, pero en realidad bastante práctico
nosotros no podemos concebir la idea de dejar de ir a las librerías y de tener una pequeña colección en casa. mirar las novedades, hojearlas, olerlas. es evidente que eso se debe a que hemos crecido con ellas. sin embargo, en algunos años la gente no podrá concebir, a su vez, que antaño cada libro pesara y ocupara el espacio de un objeto en el que cabe más literatura de la que podremos leer en toda nuestra vida. los niños preguntarán a sus padres si es cierto que antes la gente destinaba una habitación de seis, diez, quince o treinta metros cuadrados para poner folios juntos. y que además pagaban más de diez euros por cada uno.
ése es el destino del libro. ya no las grandes bibliotecas sino los museos. yo no renunciaré nunca a ellos, tal vez mis contemporáneos tampoco, pero ya veremos.

jueves, 24 de enero de 2008

silencio

por primera vez pasé un día completo sin pronunciar una sola palabra. Coetzee me hizo darme cuenta de ello. el hecho de que fuera alguien más quien lo notó (lo escribió, pues refiriéndose a sí mismo, da igual), me hizo pensar que quizás sólo fuera la primera vez que era consciente de ello. pero no. siempre había vivido con alguien, los padres, los compañeros de piso que entraban a mi habitación a cualquier hora botella en mano o no... siempre viajé con alguien, con él, con ellos, contigo... y ahora, que tampoco estoy totalmente sola, es como si lo estuviera. los tres prestamos atención a los rechinidos de las puertas, a los pasos del otro para no encontrarnos en la cocina. el caer del agua es señal de que hay que permanecer en la habitación hasta que se detenga. una puerta que se abra y otra se cierre. hay que estar alerta, salir cuando el lobo no está, cuando no hay moros en la costa. y así es como se produjo, un domingo cualquiera. ni una palabra.

sábado, 19 de enero de 2008

minucias

josé es superior de patri y de laura, quienes son superioras de quique, quien es mi superior. Encima de josé está giacomo y sobre él un rubio cuyo nombre no recuerdo y sobre él no sé, supongo que está dios o alguien así de importante. José toma el mismo autobús que yo en las mañanas y siempre vamos tarde. Pero para él es lo normal, puesto que es coordinador mientras que yo soy soldado raso y tendría que hacer cuantas lagartijas me indicaran si fuera el caso. Así que cuando nos encontramos en el bus 162 me mira con cara de desaprobación y me pregunta por mi trabajo. la última vez que me preguntó con qué estaba, le dije el título del único libro que recordaba en ese momento. Me dijo que ese se había entregado hacía dos semanas. Creo que me considera un caso perdido y no le preocupa mucho. En cambio, giacomo nos ha dicho que quiere que veamos el trabajo como un proceso global y no solo fragmentos de este. que le gustaría subirnos a un helicóptero para que veamos todo el proceso desde arriba. Él si que sabe tratar a sus subordinados. Habla de aparatos voladores en vez de preocuparse por minucias de puntos y comas.

jueves, 3 de enero de 2008

de cómo fui a Berlín sólo a comer una Whopper



pues sí. las cosas siempre se pueden poner peor
afortunadamente conforme pasa el tiempo puede resultarnos cómico lo que en un momento pareció trágico

Se terminaron los días en los que leía a Malcolm Lowry en Stephen's Green, de caminar en la oscuridad paraguas en mano, de tomar pintas en Temple Bar, de pasar frente a la casa de Bono, conocer el lago Lough Tay que está hecho de Guiness y caminar en Glendalough.
Pieter, Dieter, Lode y Steven han vuelto a sus hogares en Bélgica. me queda dEUS y la promesa del Werchter Festival en julio
Cloda sigue con sus trayectos diaros al Cineworld pasando por el China Town

El 31 de diciembre tomé un vuelo a Berlín a las 6 de la mañana. a las 9h aterrizamos. a las 9h30 me apartaron de la fila de no UE. A las 10h mi hermano intentó explicarle a un oficial alemán lo kafkiano de la ley que me prohibía entrar al país. a las 10h30 le dijeron que no podía estar ahí más tiempo. A las 11h tuve que comprar un boleto de vuelta a Dublín. Estuve cinco horas deambulando por el aeropuerto, siempre con un oficial que se aseguraba a cierta distancia de que no saliera corriendo. Era como estar en La Terminal sin tener ningún romance.

Era de noche cuando caminaba de vuelta en Drumcondra St. Un Apache Pizza me sirivó de referencia para volver a Russell St. Cloda me recibió con una linda cena y un abrazo. Comimos uvas en casa de una argentina que hablaba de un chico al que llamaba Tano el chaquetero y yo no podía mantener los ojos abiertos.

Al día siguiente volví a Madrid, llevaba ya diez días en tierra de Joyce. No tenía nada qué hacer ahí. Ahora en casa. Podría ir a trabajar, pero ya pedí los días libres.

Añoranza de sentir añoranza

Correr alrededor de Montjoy Square, subirme a motocicletas que no me pertenecían, reir de nada... no fue tan malo después de todo. no puedo esperar a que de verdad comience el 2008