viernes, 27 de febrero de 2009

la verdadera historia de benjamin button

The Curious Case of Benjamin Button Movie Stillsí sí, un libro es un libro y una peli es una peli
la peli está muy bien, right mama?

pero hay que decir que el libro es mucho menos romántico y que no provoca lagrimillas (no hay cate blanchetts ni brad pitts despidiéndose dramáticamente)
de la madre de benjamin no se sabe nada (¿se murió?, ¿existió? a quién le importa). el ancianito tiene una buena relación con su padre, quien no lo abandona, lo cría y lo incorpora a la empresa de los Button (que hace clavos y no botones)

pero la discrepancia más interesante es, a mi parecer, la concerniente al romance.
benjamin, cuya madurez intelectual va también en orden inversa, es decir, que no le interesan los juegos de niños a los cinco años, sino las enciclopedias, conoce a una chavala en un baile cuando ambos tienen 20 años (él físicamente 50). ella, a quien le gustan los maduritos, se enamora también de él y se casan
lo divertido, es que conforme pasa el tiempo ella se vuelve una aburrida de lo peor y él un juerguista perdido, je je.
entonces, la separación (que en el libro no es muy explícita) ocurre porque no tienen nada en común, y no porque él, tras profundas reflexiones, decida que es lo mejor para todos. se aleja simplemente y se dedica a cosas más interesantes: bailes, automóviles, la guerra, el golf..
finalmente se matricula en harvard, luego en el instituto, luego en la primaria..
desaparece
fin de la historia

pues nada, que a mí me gusta más ésta
palomita para Fitzgerald

sábado, 21 de febrero de 2009

This unlikely story begins on a sea that was a blue dream, as colorful as blue-silk stockings, and beneath a sky as blue as the irises of children's eyes. From the western half of the sky the sun was shying little golden disks at the sea—if you gazed intently enough you could see them skip from wave tip to wave tip until they joined a broad collar of golden coin that was collecting half a mile out and would eventually be a dazzling sunset. About half-way between the Florida shore and the golden collar a white steam-yacht, very young and graceful, was riding at anchor and under a blue-and-white awning aft a yellow-haired girl reclined in a wicker settee reading The Revolt of the Angels, by Anatole France.

Fitzgerald bueno, bueno..

murakami regulero
toole para aventarlo por la ventana con todo y carro de salchichas

todo por ahora
lili y jai en la puerta, que mala constumbre esa de llegar antes de la hora convenida..